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Historia de Cartagena de Indias
Paseo por el centro histórico
Los imprescindibles de Cartagena
La ciudad colonial por excelencia, su centro amurallado reúne las fachadas, las plazas y los templos con más encanto de Colombia. Su historia está marcada por su situación geoestratégica en el océano Pacífico. Por eso fue el principal puerto de entrada de esclavos y mercancía de Latinoamérica en la época colonial, y por eso los navegantes ingleses quisieron conquistarla sin éxito para su imperio.
Cartagena de Indias
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La Historia de Cartagena de Indias
Fundada en 1533 por el español Pedro Heredia, Cartagena de Indias fue el segundo asentamiento de los colonizadores tras Santa Marta. Rápidamente se convirtió en uno de los puertos marítimos más importantes del Caribe debido a su importancia como lugar de transbordo para los botines de las correrías por Perú y el comercio de esclavos procedentes de la África occidental. Los indígenas que habitaron la costa, si no fueron matados, fueron subyugados y obligados a adoptar la fé católica. La riqueza que se creó aquí no pasó desapercibida entre las piratas y los corsarios, ingleses y franceses en su mayoría. El rey Felipe II ordenó por tanto la construcción de la fortaleza de San Felipe de Barajas, el fuerte más grande construido por los Españoles en América Latina, y de una muralla de 11km rodeando lo que hoy es el centro histórico. A principios del siglo XVIII, a termino de la guerra de sucesión, se instalaron los Borbones en España, los cuales fundaron el Virreinato de la Nueva Granada. Comprendía Ecuador, Colombia y Panamá y dejaba a Cartagena de Indias en una situación geográfica-comercial privilegiada. En 1811, se escuchó el grito de la independencia en el barrio de Getsemaní y Cartagena de Indias adquirió el apodo de La Heroica por la valentía con la que se enfrentaron los lugareños al general español Pablo Murillo. Sin embargo, no estuvieron preparados para gobernar y la ciudad se hundió en una larga y profunda crisis política, económica y social. En el siglo pasado se dieron 3 razones principalmente gracias a los cuales el destino volvió a cambiar a favor de Cartagena de Indias. En primer lugar, la bahía cartagenera se conectó vía ferrocarril con el puerto de Calamar en las orillas del río Magdalena, la vertebra dorsal que atraviesa prácticamente todo el país y por tanto es primordial para el comercio y la exportación de mercancías. Segundo, Cartagena logró mantenerse al margen de las guerras civiles entre liberales y conservadores y posteriormente del conflicto entre las guerrillas, los paramilitares y el estado que sacudió al país durante casi 70 años. En cambio, logró pulir su imagen de destino turístico de enorme interés histórico-cultural, lo cual fue reconocido por la UNESCO declarando Cartagena de Indias en 1984 patrimonio histórico y cultural de la humanidad.
Paseo por el centro histórico
Entramos pasando por debajo de la torre de reloj clasificado por la BBC como uno de los lugares más bonitos del mundo. Ahora estamos en la Plaza de los Coches donde también se encuentra la alcaldía de Cartagena de Indias. Esta plaza fue el punto neurálgico de la ciudad durante la colonización. Aquí se ofertaban los esclavos recién llegados, cambiaban oro, especias y valiosas prendas su propietario y llegaron las noticias del viejo mundo y las nuevas colonias. Sus bóvedas arqueadas desde entonces y hasta el día de hoy dan cobijo ante el sol inclemente del Caribe a kiosqueros, limpiabotas y artesanos del dulce que ya inspiraron a Gabriel Garcia Márquez para describir el olor de las freidoras de maní, los reflejos del atardecer en las peceras llenas de caramelos y la textura pegajosa de los bollos de bocadillo de guayaba. Una de las delicias afamadas de Cartagena de Indias se llama “La Alegría”. Su mezcla de millo, coco frito, panela y anís es tan dulce que dicen que mejoras tu estado de ánimo para el día entero.
Seguimos hasta la Plaza de Aduanas que, como indica su nombre, es otra importante entrada a la ciudad heroica. Nos encontramos delante de la emblemática iglesia San Pedro Claver en honor al defensor de los afroamericanos subyugados. A esa figura le rindieron homenaje con la inauguración de la Sede de los Derechos Humanos, además de unas esculturas que representan los oficios de los cartagenos humildes. A medida que vayamos avanzando por las calles adoquinadas, nos maravillan las casas coloniales pintadas en colores alegres con balcones de madera rebosadas de buganvillas.
Pasamos por la animada Plaza Santo Domingo donde reposa Gertrudis, una escultura de Fernando Botero, a pesar del bullicio de cantidades de turistas de todo el mundo. A la iglesia homónima se le puede sacar una foto de postal desde la esquina de la Calle Mantilla que es típica. No tan típica es la librería que nos encontramos en el mismo lugar. Se llama Abaco y parece el testigo de los altos y bajos de la ciudad durante siglos. Sorprendentemente, el pequeño establecimiento, donde puedes abrir y leer cualquier libro a la venta acompañado por una taza de café y un bollo de canela, lleva una trayectoria de tan solo 20 años. Durante el Hays Festival, una cita importante en el mundo de la literatura internacional que se celebra en enero en Cartagena de Indias, la liberia Abaco organiza ciclos que te acercan la riqueza de los grandes escritores latinoamericanos.
Seguimos nuestro paseo y a eso de la una podemos encontrarnos en medio de otra escena garciamarquezana. Los alumnos en sus uniformes salen de sus colegios en el barrio San Diego donde se también se encuentra la Universidad de Cartagena de Indias en un edificio emblemático del siglo XVI que sobresale la silueta del centro histórico. Toman las cafeterías para pedir un tinto (no es vino, es un corto de café), agua de canela o un jugo de lulo.
Cerca de aquí nos llama la atención el nombre de otra plaza que es la Plaza Fernandez de Madrid. El monumento en su medio rinde homenaje a uno de los próceres de la independencia de Colombia en 1811. Es una plaza menos conocida, pero muy bonita por la vegetación y las casas coloniales que la componen. Además, varias calles pintorescas se encuentran a su alrededor como la Calle de los Puntales o todas aquellas que conducen hacía el mítico Hotel Santa Clara. El antiguo convento lleva inscrito la convulsa historia de Cartagena de Indias desde medio milenio, algo que a García Márquez en calidad de reportero local llevo a descubrir en 1949 una leyenda que muchos años después se convirtió en la novela Del Amor y Otros Demonios.
A tiro de piedra se encuentran las 23 bóvedas de Santa Clara que en tiempos de las batallas contra los franceses a finales del siglo XVI, sirvieron para albergar soldados, municiones y aprovisionamiento. Están integradas en la muralla defensora que circunda el centro histórico. Así que podéis iniciar una caminata encima de ella hasta llegar al famoso Café de Mar, el mejor lugar para contemplar, con un mojito en la mano, la puesta del sol sobre el mar de Caribe.
Los imprescindibles de Cartagena de Indias
- El Castillo de San Felipe de Barajas (1536), protector de la ciudad y símbolo de la resistencia de Cartagena contra los invasores.
- La Plaza de los Coches, el principal mercado de esclavos de Latinoamérica durante la era colonial.
- Las murallas, testigo de la historia de la ciudad, se pueden recorrer por entero y tienen unas vistas preciosas de la bahía.
- La Catedral de Santa Catalina de Alejandría (siglo XVII), revestida de un vistoso color amarillo e inspirada en algunas iglesias andaluces y canarias.
- La Iglesia y Convento de San Pedro Claver (siglo XVII), consagrada al “apóstol de los esclavos”, mártir que dio su vida por la redención de los esclavos.
- El monasterio de la Popa (siglo XVII) fue escenario de batallas y utilizado como cuartel y fortín. Debe su nombre a su forma de popa de barco visto desde la bahía.
- Un cóctel en lo alto de las murallas a la hora de la puesta del sol en Café del Mar.
- Unos bailes (o al menos una visita) en una de las dos salas de salsa más famosas: el Quiebracanto, el Cafe Havana (lo cerraron en Agosto 2021 temporalmente) o el nuevo Tertulia Bar en el barrio Getsemani en frente de la Plaza de los Coches.